Me tiembla la vista y creo que los ojos. O quizás lo borroso sea lo de alrededor. No veo más que cosas pasar fugaces y todas me huelen a ti. Me da vueltas la cabeza. Se me nubla la mente casi tan a menudo como el frente. No veo. No te veo. Tu silueta se ha perdido en uno de esos vasos. Y solo veo vacío. Solo veo mi interior como un gran nudo que nadie quiere desatar. Tengo el pecho más cerrado que la boca. Los labios tan sellados como la palabra. Y ni siquiera puedo enfocar, ahora mismo no veo como de cerca estás. Tal vez estés lejos y por eso no consigo reconocerte. Ni siquiera consigo pensar con claridad. Ahora mismo no puedo situarte en ninguna situación sentimental porque me equivocaría. Solo pienso en una gran maraña de estupideces, eso es lo que realmente me llena la cabeza ahora mismo. Esto me pasa por beber. Por prohibirme hablar pero abrir la boca ante la toxicidad. Lo siento, ya te veré mañana.