Puede que a veces desee que estés aquí, pero, ¿y qué? No me has demostrado nada nunca. Y ya sé que tampoco te planteas hacerlo. ¿Por qué eres tan duro? Qué te costara admitir que sientes algo... A mí me mirabas diferente. No como la mirabas a ella. A mí me sentías, me hablabas. Y puede que los besos fueran escasos, pero algunos intensos, y mortal el contacto. Admite que te daba una descarga eléctrica cuando me tocabas, que no te da con ella. Porque lo sabes, y te asusta. Te asusta que tal vez yo despertaba en ti lo que con ella estaba muerto. Ahora, que ya no nos tienes a ninguna. ¿A quién extrañas más? ¿Extrañas estabilidad? ¿O extrañas vida? Creo, y tú también, que no hay nada que supere ciertos tipos de fuego. Como el nuestro, por ejemplo.
martes, septiembre 16, 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
Siril Blog Template. Con la tecnología de Blogger.
Opt-in Form (Do Not Edit Here)
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España.
0 comentarios :
Publicar un comentario