Las ideas se enmarañan y la confusión reina. La rutina crea cambios peores que el tiempo, que el frío, que el dolor. Es como materia, indestructible. La claridad se aleja de la posibilidad y viceversa, cegándolo todo. Hay luz por los dos laterales y no sabes cuál te llevará por la salida. Los cambios, los putos cambios. Las vueltas a los días formales, el abandono del caos. Los días te obligan a centrarte aunque sea imposible. Aunque se centren todos menos tú. Porque tú quieres otra rutina, porque quieres volver a andar perdida.