+ ¿Qué coño haces?

- Entrarte a casa. 

+ Suéltame o voy a pegarte o moderte, o lo que se me ocurra. 

- ¿Pero qué maneras son esas señorita?

+ En serio, quieres matarme. Bájame. 

- Nunca quiero hacerte daño, ni dejarte. 

+ Demúestralo. 

- Que quiero que dures. Que me enamoraré de ti, te lo prometo, que igual ya estoy en ello. Que me encanta verte despertarte en mi cama y qué bosteces. Mirarte cuando ves películas o lees, porque te introduces en la vida qué decides con tanta facilidad... Que quiero que duermas hoy conmigo, ya irás mañana a tu casa. Joder, que vales el cielo para mí. Y te ríes y me miras. Y me llamas más capullo que cariño, y me lo merezco. Y escribes joder. Me escribes y yo te leo, y casi lloro porque me veas así. Y nunca quieres adaptarte, si no que cambiemos los dos para algo nuevo. Que te importa una mierda el dinero, que tu entiendes de valores y miradas. Que tu crees en lo intensas que son las cosas, y lo sacas. Que no llevas bolso cuando vas a cenar conmigo, porque te limitas a darme la mano y caminar. Y que me hablas y a la vez prestas atención en todo. Que nunca te haría daño, te lo digo ahora y dentro del tiempo que sea. Quiero verte disfrutar las cosas. Quédate a dormir, te lo suplico, que ya me haré el duro mañana.