+Bueno, ¿y qué quieres que hagamos?
- Tu sabrás, tu eres el tío.
+ A ver lista, ¿que se supone que debería decirte ahora?
- Que me amas y que quieres salir conmigo, jajaja.
+ Mi querida reina, ¿quieres salir conmigo y tener un cuento de hadas?
- Si quieres matarme, hazlo rápido.
+ Tira tonta, va en serio ahora, ¿qué hacemos?
- La pregunta es, ¿qué esperas que hagamos?
+ No sé, creo que estoy dispuesto a sacrificarme para salir contigo.
- No gracias, guárdate el sacrificio para el amor de tu vida.
+ Y tú, ¿qué eres pues?
- Una más, un bache, una parada, una piedra, otra chica. No sé, lo que quieras que sea, pero espero no ser muy importante.
+ ¿Ahora quieres pasar desapercibida? ¿Que lo dejemos y hacer como que no existes?
- Bocazas, abres siempre la boca antes de entender las cosas. No quiero nada serio, suena estúpido, pero no hay otra manera más clara de decírtelo. Quiero verte, estar contigo. Pero eso de estar atada no me va. Ya me buscaré un buen novio cuando llegué el momento.
+ Pareces tú el hombre de la relación, pero me encanta. Es como, no puedo vivir contigo ni sin ti. Sin compromisos, sin atar a nadie. Somos algo, pero nada importante. Merece la pena, pero no mata. Lo pillo, me gusta.
- Pues así van a ser las cosas. Algún día no te contestaré porque me ire con mis amigas, y probablemente desaparezca. Pero no te preocupes, siempre estaré bien. Y si te pones paranóico, contrólate o te mataré. Puedes ponerte todo lo celoso que quieras de los que quieras, pero si confías en mí, ya sabes lo que hay.
+ ¿Una relación abierta?
- Puede, aunque ni siquiera llega a relación. Es la mejor manera de cometer una amorosa estupidez. Piénsalo así, si algo sale mal, podrás salir huyendo. No me dejes sola, pero no te pegues demasiado. Sé fugaz pero difícil de olvidar.