Me matas tanto que me haces volar. Y vuelas tanto, escapándote, que me matas. Y te escapas sin más dejándome caer. Y te caes cuando te escapas sin mí. Y sin mí te desesperas. Y te desesperas sin mí y enloqueces. Y también enloqueces conmigo y a la vez que yo. Y a la vez que yo te revuelcas en las sábanas. Y te revuelcas cuando me despierto. Y me despierto cuando te mueves. Y te mueves cuando me sientes. Y me sientes cuando te rozo. Y a veces cuándo te rozo me besas. Y empezamos otra vez. Y empezamos cuándo te ríes. Y te ríes cuando me tiras. Y me tiras cuando te apetece. Y cuando te apetece me besas. Y cuando me besas me sientes. Y cuando me sientes te mueves. Y cuando te mueves me despiertas o a veces me duermo. Al final, todos los días hacemos lo mismo, en un simple orden diferente. Pero, al final, todos los días juntos merecen la pena.
sábado, junio 21, 2014
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