Hola, vengo a repetiros una vez más lo que siempre digo. ¿Acaso no tenéis ganas de soltaros cuando estáis solos? ¿No sentís que vuestra vida os pide un poquito más? Haz de tus días una rutina diferente y incompleta en la que a la vez, te dé tiempo a hacerlo todo. Agobiate lo suficiente para poder tomarte un respiro con excusa, ofrécete recompensas si nadie lo hace. Estudia, haz amigos, cuídate; haz lo que dicen, lo que quieren que hagas, pero hazlo a cambio de que tengan en cuenta tus propuestas. Proponte nuevos horizontes, exígete y grítate que hasta aquí has llegado. Que ya no le quieres a él, que te quieres a ti. Vístete y maquíllate para ti, para poder mirarte al espejo y gritarte guapa una vez más. Sal de fiesta y no te pongas límites tontos, ya sabes no bebas más de la cuenta pero no te quedes sentada. Enfoca bien hacia donde quieres mirar, no te conformes con verlo borroso. Y que sí, que siempre dicen que es ahora o nunca, pero no asientas, creételo. Llénate una vez más, siempre has logrado conseguirlo. Lanza tu sonrisa y deja que la demás se agarren de ella para levantarse y sacudirse el polvo. Déjate contagiar, o contagiarles tú a ellos. No importa de verdad. Siempre habrá días en los que no tendrás ganas ni siquiera para describir lo gris que te encuentras, pero repítete algo una vez más, que aunque no te levante, te incorpore. Por hacer del tuyo un mundo mejor, de tu vida algo de lo que estés orgullosa. Se te va a comer el miedo, pero eso no significas que no puedas salir de él. Provoca al fuego, al demonio que hay en ti. Venga, súbete a la tarima y baila. Que te miren, que hablen, que digan lo que quieran. Haz las cosas no por qué dirán cuando lo hagas, sino por lo que se les ocurrirá decir cuando les preguntes si ellos se han disfrutado así. Porque cuándo les preguntes, ellos te dirán que no, y tú les podrás decir que te has descubierto tantas veces, que ya ni te acuerdas.