Me provocas. Pura atracción física de palabras. Ya no sé que juego de palabras usar para describirlo. Tienes algo que evidentemente, mata instantaneamente. Eres magnético, un imán. Y lo peor de todo es que sabes hacer muy bien de capullo engreído. Cuando quieres puedes usar y tirar, se te da bien, te parece gracioso. Y es cierto que despiertas mi rabia cuando hablas por ahí con otras. Pero dime, ¿que pinta un egoísta como tú en esta historia? Todo iba tan bien... Y apareces así como si nada exponiéndote al riesgo de que algún día deje de hablarte. Pasas delante de mí como si nada, a veces guiñas el ojo, otras veces me pegas. Como decía, pura atracción irreversible. Pero, ¿quien sabe a donde llega eso?