Ella acariciaba el vestido, mientras la chica lo abrochaba por detrás. Cuando terminó, ambas miraban al espejo para contemplar la preciosa novia del reflejo. Entonces la novia, agarró una fotografía vieja de un cajón y se la muestra. Dos mujeres aparecían sonriendo, y una de ellas besaba a la otra. "Son nuestras madres prima." le dijo tratando de no llorar. Ambas contemplaban la foto y se daban cuenta de todo. Y rompieron a llorar silenciosamente sujetando aquel recuerdo entre sus manos. Una se había quedado sola y había tenido que ser acogida por una familia lejana, y otra había perdido su punto de apoyo y había tenido que tirar de sus seres queridos hasta el final. Ambas lloraban dejándose invadir por los recuerdos en aquel pueblo de su infancia. Las pérdidas las habían hecho desconfiadas y fuertes, un muro se había levantado alrededor de ellas involuntariamente. Y repitieron esa foto. Repitieron aquella foto que relvolvía sus adentros. Las dos posaron como sus madres, sonriendo entre la tristeza. Y se abrazaron. Se fundieron en un abrazo que demostraba que una parte de la coraza que las cubría aun no se había repuesto. Después, volvían a sonreír al mirar al espejo. Y seguían haciéndolo mientras se adentraban en la Iglesia, con el corazón en la mano, una vestida de blanco y otra detrás, sujetándola.
domingo, octubre 20, 2013
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Es una historia triste, pero realmente hermosa. Me encanta muchísimo.
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