No voy a decirte: "Princesa levanta la cabeza que se te cae la corona." Es una frase bonita, sí, pero es mentira algunas veces. Así que yo te voy a decir, que llores. Que llores todo lo que quieras, puedas y necesites. Que te arrastres un par de días por la cama si quieres. Pero no hagas como si nada, no te consumas sin decir nada. No te calles y digas que estás bien. Porque si no lo estás, es lo que toca. No tienes que parecer fuerte ni estúpida. Te harás fuerte con el tiempo y los daños. Sueña y despiertate llorando y riendo a la vez. Haz lo que necesites, lo que creas que sea suficiente para olvidarlo, o para recordarlo como menos duela. Ya sabes que costará, costará esfuerzo y cambios. Pero haz algo, no te quedes quieta intentando convencerte de que ya se olvidará solo. Quítate un momento la corona antes de que se caiga, y cuando estés lista, vuelve a colocarla.