viernes, agosto 16, 2013

El olor a lluvia me inundaba. Adoro esa sensación. El olor a humedad, las calles mojadas y mi música. Días grises que me hacen feliz. Caminaba sin darle importancia a nada realmente, solo disfrutaba. Y, cuando alcé la vista, le vi. Tratando de sujetar el paraguas a la vez que miraba el móvil. En cuestión de segundos, el paraguas cayó al suelo y se rompió. No pude evitar reírme. El me oyó, levantó la cabeza, me miró y también comenzó a reírse. Corrí hasta el y le ofrecí mi paraguas para que no se mojara...
+¿Porque te has quedado ahí quieta mirándome?
- Estabas muy gracioso tratando de hacer las dos cosas a la vez.
+ Al final me ha salido mal.
- Hay muchas cosas que al final te salen mal eh.
+ Ya, bueno, así soy.
- Y tú, ¿como has sabido que me reía de ti?
+ No lo sabía, he escuchado tu inconfundible risa, y te he buscado inmediatamente.
+ Cuando me he quedado mirándote, estaba pensando. Pensando en que eso también lo hacíamos cuando salíamos a pasear en los días de lluvia. Siempre te mojabas, a veces tirabas el paraguas al suelo para entrar en el mío. Otras veces, me salpicabas y me decías que me secabas con un abrazo. Era, genial.
- Volvería a esos días millones de veces, más de las que he vuelto recordándolo.

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