Música.

La música se cuela por mis oídos. Rápida pero lenta, sin problema alguno. Llega a todas las partes de mi cuerpo en apenas segundos. Se cuela por mis oídos, y adquiere imágenes de recuerdos. Mi piano suena como notas del cielo, increíble. Mi música, es la que se está colando por mis oídos, desgarradora y descontrolada. Vuelan las notas por el aire. Desfilan por una pasarela imaginaria en el aire. Invisibles pero no imperceptibles. Me hablan, me susurran. Aunque solo sea música, te dice más que nadie. Y hoy mi canción es triste y lenta, pero difícil y bonita. Es mi canción diaria, no la de siempre. Hoy la canción es gris, y por más que no quieras recordarla, se te graba en la cabeza. Es música, terapia. Bien y mal en unas notas. Tristeza y alegría en un pentagrama. Es música, lo que nos da más emociones que cualquier cosa.