Últimamente estoy en ese momento de inspección de opiniones ajenas. De como las cosas cambias depende de cuáles bocas. A menudo, muy a mi pesar bastante a menudo, me dedican un gran "no te entiendo". Que yo personalmente traduzco como un "jamás lo había visto así". Claro, es más fácil ignorar que cambiar de perspectiva. La gente y las opciones, tanto como las historias e opiniones, todas carecen de categoría. Casi todos parecen discrepar con todo lo que asigno como sí o no, que ellos suelen llamar decidir. Y lo mejor de todo es cuando creen ser capaces de persuadirme de que cambie mi mentalidad. ¿Pero qué coño queréis? ¿Convertirme? ¿Yo? ¿A vuestra sarta de mentiras donde quedáis en última opción? No, lo siento, mi ego me puede, para vosotros hasta igual me consume. Me han educado para forjar, no para copiar, descubrir, no destruir. Para crear, crear verdades, no mentiras. Y sobre todo para no ser ignorante.