Siento comunicaros que era mentira. Como dijo John Lennon:
"Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es una media naranja, y que la vida tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta".
Tenía razón. Nadie es lo suficiente fuerte para soportarnos, a nosotros y a la sociedad que hemos creado a nuestro alrededor. Nadie es capaz de aguantarnos en todos los momentos. Porque efectivamente, nacimos enteros, tan ácidos como dulces, tan felices como deprimidos. Nacimos tan fruta que quisimos ser otra cosa. Nadie va a tener el poder de hacernos felices cada vez que no lo seamos. Nadie va a ser capaz de ello. Pero alguien si que podrá ayudarnos. Alguien nos tenderá la mano en un momento necesitado, nos secará las
lágrimas y nos dirá que está aquí. Nos ofrecerá una taza de café, y nos abrazará hasta que la tormenta deje salir el sol. Encontraremos a alguien que nos quiera. Nos besará, nos abrazará, nos levantará en las mañanas frías y será una luz en una noche oscura. Y esta claro que discutiremos, discutiremos y nos gritaremos con esa persona, una y mil veces. Pero porque las personas somos así, somos humanos. Fijaros, lloramos de felicidad en vez de reírnos. Nacimos así, no hay nada que pueda cambiarlo. Nadie completará todo, nadie se ajustará a la carretera de curvas de nuestra vida. Nadie va a ser perfecto. Y es hora de admitirlo.
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