lunes, abril 08, 2013

Me levanté. Miré hacia los lados, vi tan negro como blanco. Mi cabeza estaba partida en positivo y negativo. Y no sabía como levantarme. Las esquinas de mi cama estaban preguntando acerca de mí. Mis pensamientos contestaban con palabras cortas y fáciles, sin importar las ofensas. La droga recorría mi mente, dando vueltas sin marearse. Tambaleándose frente a mi resistencia y ofreciendo buenas defensas contra ella. Hoy tenía que desahogarme. No podía escribir, me parecía que apuñalaría a las palabras de la peor manera posible. No podía gritar, porque parecería una loca que planeaba una huida de su mente. No podía hablar con mi almohada porque realmente la desplumaría al mirarla. Así que me quedé quieta y fingí contarle a las fotos de mi pared lo que me pasaba. Aunque terminé contándosela al paisaje que se veía por mi ventana. Estaba teniendo una charla tranquila con mi cabeza, sin preocupación. Mi felicidad estaba tan alta que hice lo posible para que bajara, o la machacaría el desacuerdo de mi mente. Me quedé tirada en la cama hasta que tuve que hablar con mi exterior porque no me escuchaba por los adentros.

2 comentarios :

  1. Jo, me encanta como escribes.
    En cuanto me ponga desde el ordenador te sigo, es que estoy desde el movil y no me deja.
    Besos, Amanda.

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  2. ME ALEGRA MUCHISIMO QUE ME DIGAS ESO :)
    PUESTO QUE A MI ME ENCANTA COMO ESCRIBES TÚ CIELO! VALEEEEE :)

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