He tenido un mal día. Como otros, pero que me marca.
Estoy hasta las narices. De que me vean como a una niña creída o una chica fácil. Estoy hasta los huevos de que me tomen por lo que no soy, porque estoy segura de poder demostrar más de lo que dicen. Con palabras y acciones, para los que no escuchen. Tengo 12 años, ¿si y que?
Estoy escribiendo en un espacio donde puedo ser quien me de la gana. Me revienta que digan lo que no soy ni llege a ser. Se que me levanto de la cama y ya apoyo mal el pie. Pero yo por lo menos me convenzco de que va a ser un día mejor, y por lo menos me levanto, con mi orgullo y con mi dignidad. Para aquellos que su orgullo les impide poner los pies en la tierra o para los que tienen la dignidad por los suelos.
Soy una pequeñaja, lo sé. Pero yo se lo que tengo que hacer y lo que no, donde tengo que ir y donde no tengo que meterme. Yo, no le debo explicaciones a nadie, y menos a ti.
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